sábado, 23 de mayo de 2020
ARRÁNCAME LA VIDA
domingo, 17 de mayo de 2020
PERIPATÉTICOS 2020
La vida nos pone retos y desafíos que tal vez nunca imaginamos enfrentar. La tarea de llegar
más allá del claustro que se ha diseñado para la enseñanza y el acompañamiento
de las futuras generaciones quedó por instantes relegada y nos sitúa en la difícil misión de asumir a los medios
que hemos en ocasiones considerado como eventuales enemigos
en nuestra campaña por hacer de
nuestro niños y jóvenes personas críticas, empoderadas y autónomas, teniendo que reconocerlos a regañadientes en
la potencial por no decir la única vía para continuar con nuestra vocación como
profesos de la universalidad del conocimiento y la cosmovisión. Tal como lo hiciera Aristóteles hace más de
2300 años con sus “peripatéticos” quienes
reflexionaban, se hacían preguntas mientras daban largas caminatas; Las redes, las plataformas, las aplicaciones
y todo este mundo virtual que nos ha aislado, pero que al mismo tiempo ha
provocado movimientos, caminatas virtuales, extenuantes jornadas de
cuestionamientos y reflexiones del día a día, posibilidades de acercarnos, encontrar explicaciones y ante todo
aprendizajes.
¿Será la situación
excepcional en que hoy estamos inmersos una posibilidad para reflexionar y
filosofar mientras caminamos por los caminos virtuales sinuosos en los que
hemos estados sumergidos? No
desfallezcamos, caminemos junto a nuestros
niños y jóvenes, no desistamos en el esmero por continuar este
proceso para que en medio de la
dificultad, ellos también cuestionen, piensen, pregunten, creen. Será la mejor
manera de hacer de este bizarro episodio
de nuestra vida también una
oportunidad de ver el mundo con otros ojos, dejar el orgullo, apartarnos por
unos instantes de una zona cómoda, y empezar a flexibilizar las maneras, los procesos, las evaluaciones y emprender
una dinámica que visualice al aprendiz desde lo humano.
Durante siglos se ha
hablado de ver en nuestros estudiantes, no cómo proyectos de mano de obra y eslabones de una interminable cadena
esclavizada por los prototipos de intercambio de deseos superfluos que
respondan al normalizado inconsciente colectivo que continúe sirviendo
sumisamente al poder, pero poco o nada hace la escuela respondiendo a modelos
impuestos desde el gobierno y con maestros que poco se involucran en el cambio
que tanto promulgan en marchas y protestas, que solo dejan una estela
momentánea de revolución sin cambio y aspiraciones cada vez más
devaluadas, como lo expresara el
filósofo colombiano Estanislao Zuleta en su ensayo el elogio de la dificultad :
En lugar de desear una sociedad en la que sea realizable y
necesario trabajar arduamente para hacer efectivas nuestras posibilidades,
deseamos un mundo de la satisfacción, una monstruosa salacuna de abundancia
pasivamente recibida. En lugar de desear una filosofía llena de incógnitas y
preguntas abiertas, queremos poseer una doctrina global, capaz de dar cuenta de
todo, revelada por espíritus que nunca han existido o por caudillos que
desgraciadamente sí han existido.
De
igual manera el sistema ha ido respondiendo a esas pretensiones consumistas en
donde el éxito y la felicidad son el discurso de adoctrinamiento de ideas
neoliberales del capitalismo salvaje en el cual si no estás endeudado en
créditos imposibles de pagar y sumido en la impotencia de sostener un nivel de
vida que nunca es el soñado, tu existencia carece de sentido.
Soñar,
trabajar, devengar, gastar, endeudarse y construir el ideal humano en arenas
movedizas, la sociedad exige encontrar
la felicidad a cualquier precio. El sistema
nos vende la necesidad de vivir en un
cómodo apartamento con todos los lujos, facilidad de créditos para
comprar un auto, tarjetas de crédito para comprar cuantos artefactos para
facilitar los quehaceres, pero que lástima aún no se ha inventado la máquina
que haga realidad los sueños, ni el artilugio que produzca felicidad. “Puede
decirse que nuestro problema no consiste sola ni principalmente en que no
seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos
proponemos; que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros
deseos, como en la forma misma de desear.
Deseamos mal. En lugar de desear una relación humana inquietante,
compleja y perdible, que estimule nuestra capacidad de luchar y nos obligue a
cambiar, deseamos un idilio sin sombras y sin peligros, un nido de amor y por
lo tanto, en última instancia un retorno al huevo”. (Zuleta, 1980). Por estos
días de aislamiento, de distanciamiento social, confinamiento y ausencia de
abrazos sería una gran oportunidad de dinamizar descontextualizando nuestras prácticas
pedagógicas, reconociendo la precariedad de nuestro sistema educativo escaso de
infraestructura y con un horrible
hacinamiento que es el principal detonante del bajo rendimiento y violenta interacción
de los estudiantes en un ambiente que emula casi a la perfección el
establecimiento carcelario que sólo se ha limitado a vigilar y castigar, tal
como lo expresa Michel Foucault: “Aquellos
muros , aquellos cerrojos, aquellas celdas figuraban una verdadera empresa de
ortopedia social(…). Vigilancia ejercicios maniobras, calificaciones, rangos y
lugares, clasificaciones, exámenes, registros, una manera de someter los cuerpos
(…) se ha desarrollado en los hospitales, el ejercito, las escuelas, los
colegios o los talleres; El siglo XIX inventó las libertades, pero les dio un
subsuelo profundo y sólido; la
disciplina de la que seguimos
dependiendo (…) (Foucault, 1975) dando por sentado que es
impensable la autonomía en una sociedad como
la nuestra.
Observar,
escuchar, reflexionar; respetar. Promover el pensamiento crítico, hacerse
preguntas mientras se divaga, se explora, se camina, volviendo a la esencia del
pensamiento humano, no buscar respuestas sino interrogarse constantemente sobre la razón y sentido de todo cuanto nos
rodea. “Peripatéticos” en pleno 2020,
discípulos de Aristóteles, ahora cuando más tienen la oportunidad de
encontrarle un sentido y explicación a
lo acontecido en este 2020 y ojalá regresar a la escuela con una visión
cósmica, objetiva. Que este encierro pueda mover sensibilidades, hallar la
esencia de nuestra existencia en los pequeños detalles y en el ideal de vernos
a través del otro.
Hacer
de los demás nuestro espejo, el reflejo de lo que queremos y esperamos de
nosotros mismos, sin la arrogante y caníbal manera de obtener lo que se quiere
pasando por encima de quien sea. Vayamos, sigamos por la vida pero mientras
avanzamos, pensamos, reflexionamos, “Peripatéticos” de la era digital, donde
la adversidad se presenta como oportunidad y la interacción virtual en la mejor
manera de allanar el camino para el reencuentro porque como seres sociales necesitamos del contacto con el otro. Pero ojalá esta experiencia nos permita volver a encontrarnos, pero desde
la visión de humanidad, empatía y reconociendo que nos necesitamos, que nos
debemos a los demás ya sea virtual o presencial debemos evolucionar y adaptarnos
a los retos que día a día se cruzan y nos hacen repensar nuestra forma de ser y
de estar en el mundo.
jueves, 7 de mayo de 2020
¿BUFÓN O MONARCA?
sábado, 2 de mayo de 2020
CUARENTENA....
CUARENTENA
Un abrazo robará tu aliento
Amanece en silencio y sin prisa,
ser más solidarios, pensar en común