miércoles, 15 de junio de 2022

Utopía


 La contienda política vivida en los últimos días en Colombia deja en firme una penosa realidad; “cuan extremas son las posturas ideológicas en un país donde nos vemos simplemente como buenos o malos” teniendo como único punto de referencia las pasiones y dejando de lado en pleno siglo veintiuno las perspectivas que se aparten de esa visión absolutista que todo pretende verlo en blanco y negro.

De un lado un candidato que ha expresado reiteradamente su postura abierta ante las transformaciones sociales que presenta constantemente la humanidad y un pasado de absoluta oposición al estado, además de un discurso elaborado, estructurado, pensado, elocuente y con pleno conocimiento del país, que en resumidas cuentas no ha sido comprendido por la mayoría de los colombianos que, por  otro lado  prefieren el discurso desencajado, vulgar, violento, machista y fascista de un personaje intransigente que es evidencia de  lo que en esencia es la sociedad colombiana, que quiere un cambio a expensas de las libertades. Será que estamos tan acostumbrados a la violencia que la normalizamos a tal punto de hacerla parte del folclor apoyado en el legado de la narco novela y de la ley del más fuerte. “El vivo vive del bobo”, “todo vale”, “quien pega primero, pega dos veces”. Se desprestigia la academia, el acceso a la información y el fortalecimiento de la educación pública como fundamento hacia una sociedad del conocimiento.

Posturas opuestas en un país acostumbrado a los extremos; liberales contra conservadores, quienes defienden una economía de oferta y demanda sin pudor contra los defensores de un desarrollo sostenible; el capitalismo salvaje contra la posibilidad de construir una sociedad equitativa.

Quienes en época de la colonia impusieron su ideología a sangre y fuego siguen ajustando las cadenas de opresión ahondando heridas que se niegan a sanar en una piel que se acostumbró a sangrar para lograr sobrevivir.

Qué hacer en un país que se creía había tocado fondo, pero que aparecen de la nada personajes con la capacidad de recabar el deprimente suelo en que se ha venido apoyando históricamente el poder haciendo cada vez más difícil encaminarlo hacia mejores rumbos.

Cómo puede parte de la sociedad colombiana que vive en la miseria sentirse identificada y sigue rindiendo culto a un reducto de hampones que han saqueado al país y terminan convirtiéndose en su faro a quienes todos pueden ver, pero del que no reciben más que un pequeño e insignificante hilo de luz terminando siempre en un naufragio que se repite eternamente cada cuatro años, cambiando de timonel, pero con los mismos tripulantes.

¿Será posible contemplar cómo Colombia se hunde cada vez más en el fango de la miseria que acaba con cualquier posibilidad de un país distinto?, con mejores oportunidades, un país que deje de ser administrado como una gran finca, cumpliendo a presiones de políticas internacionales impuestas a costa del porvenir de todos.   Una nación que continúa mostrando una cara de avance ante quienes solo han saqueado durante siglos sus recursos y abandonado a su suerte las comunidades, han expropiado territorios con violencia, han mentido y siguen adoctrinando con la idea de un progreso a costa de los desposeídos.

Un país que se jacta de ser una incólume democracia, que reclamó su independencia hace más de 200 años pero que ha sido y sigue fungiendo de patio trasero de los Estados Unidos, y pidiendo aceptar políticas que solo la afectan y mantienen en el más patético escenario de  individualismo, indiferencia y servilismo para con nuestros gobernantes. En palabras de Jaime Garzón los gobiernos no están dirigiendo al país, sino que se lo están literalmente “digiriendo”.

Una guerra sucia que tilda de terroristas a quienes quieren reclamar sus derechos, educarse, acceder a un empleo digno, y premia a quienes han construido imperios siendo verdugos de los empobrecidos y marginados.

Unámonos en un clamor hacia la justicia, la paz, la educación, las oportunidades. No con protestas agresivas, mensajes de odio, discursos fanáticos, sino con inteligencia, serenidad y sin miedo. El cambio lo puede proponer un  abanderado de una causa, pero somos todos los que en realidad podemos hacer de nuestro país un territorio que empiece a escribir una nueva historia.

Las cadenas pueden ser rotas promoviendo la unidad en un país fracturado, dividido y que parece naufragar.

Se puede hacer de la dignidad, la equidad, la justicia, la paz y la honestidad parte de nuestra identidad, que sea el nuevo rumbo hacia donde todos juntos encaminar nuestros esfuerzos.

Colombia nos necesita y solo entre todos unidos podremos abonar con nuestras manos honestas, y trabajadoras el suelo de esta hermosa tierra. Hacer realidad esta utopía 

lunes, 25 de octubre de 2021

Estamos hechos de lo mismo...

 


http://www.santiponce.es/es/actualidad/noticias/Junio-mes-de-la-DIVERSIDAD-Sacude-tus-prejuicios(imagen)

“ESTAMOS HECHOS DE LOS MISMO”

En su capítulo III    la obra El Mercader de Venecia expresa lo siguiente                 

 "¡Alimentará mi venganza!"

Me ha deshonrado y estorbado medio millón; se ha reído de mis pérdidas, se burló de mis logros, despreció a mi nación, frustró mis negocios, enfrió a mis amigos, calentó a mis enemigos; ¿y cuál es su razón?  soy judío. ¿No tiene ojos un judío? ¿No tiene un judío manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿alimentado con la misma comida, herido con las mismas armas, sujeto a las mismas enfermedades, curado por los mismos remedios, calentado y refrescado por el mismo invierno y verano, como un cristiano? Si nos pinchas, ¿no sangramos? ¿Si nos hacéis cosquillas, no nos reímos? si nos envenenáis, ¿no moriremos? y si nos injurias, ¿no nos vengaremos? Si somos como tú en el resto, nos pareceremos a ti en eso. Si un judío ofende a un cristiano, ¿cuál es su humildad? Venganza. Si un cristiano injuria a un judío, ¿cuál debería ser su tolerancia con el ejemplo cristiano? Venganza. La vileza que me enseñes, la ejecutaré y será difícil, pero mejoraré la instrucción. (Shakespeare, 1600)

Los estereotipos, los prejuicios, la ambición, el deseo de poseer lo de los otros, el abandono, la marginalidad y la exclusión han llevado al ser humano a estar poniendo sus deseos y caprichos por encima de los sueños y necesidades de los otros. Esa incapacidad de vernos reflejados en los demás, de tratar de comprender aquello que el otro está pensando y sintiendo nos ha puesto en una averiada balanza que siempre queremos se incline hacia nuestro lado.

La interminable demanda por obtener privilegios pasando por encima de los otros ha abierto heridas tan profundas que ha sido prácticamente imposible sanar. El judío Shylock un  ejemplo de tantos   que históricamente  han sido a lo largo de la historia de la humanidad, segregados, humillados, encasillados en "ghettos".  Excluidos, sometidos por los dogmatismos que han construido barreras cada vez más altas cimentadas en el imaginario de la diferencia de tipo sociocultural, económica, de tono de piel, de identidad sexual y de género, de etnia, de filiación política entre tantas otras formas de discriminación.

¿De qué sirve que se hable de inclusión cuando se aparta a quien tiene una dificultad cognitiva o una limitación física?

¿De qué sirve que se promueva a Colombia como un país diverso, cuando se recriminan las expresiones de afecto entre parejas del mismo sexo, pero se normaliza la violencia sistemática  de hombres en contra de las mujeres con la más terrorífica sentencia “Eso les pasa por no mantener su lugar”? yo pregunto y ¿Cuál debería ser su lugar?

¿De qué sirve hablar de la necesidad de alfabetizar en torno a lo intercultural, si los territorios de las minorías aún están en la esclavitud, pues no tienen acceso a servicios públicos de primera necesidad como agua potable y educación y sus recursos son explotados al margen del desarrollo de las mismas comunidades?

En pleno siglo XXI seguimos en condiciones de hace siglos,  y lo más grave es que los afectados se acostumbraron y los victimarios se acomodaron para siempre estar fungiendo de verdugos.

El mestizaje, a pesar de haber hecho un gran aporte en contra de la discriminación racial, generó otras formas de aprecios y desprecios; la marginalidad, la desigualdad y la injusticia todavía dominan el panorama de nuestros pueblos; y, aunque se han hecho varios esfuerzos por parte de los gobiernos para dictar leyes que favorezcan, sobre todo, a aquellos grupos deprimidos, vulnerables o en serio peligro de desaparición, estos no han sido suficientes. Arbeláez (2015)

Tanto el judío que reclama justicia en la obra de Shakespeare, como el cristiano que había replicado el ejemplo de sus antecesores, como el español que llegó al nuevo continente con el imaginario de tener el derecho a poseerlo por haberlo visto primero, al igual que el criollo que se olvidó de sus ancestros para asumir el refinamiento del colonizador y el indígena que fue arrinconado hasta ser extinto. Así mismo el gobernante que usa su posición para acceder a privilegios a costa de la marginalidad y la explotación de otros, todos absolutamente todos estamos hechos de lo mismo.

La nueva España se impuso en todo su esplendor con sus valores y disvalores. Se fundó una nueva sociedad cimentada en una escala de aprecios y desprecios cuya cúspide estaba conformada por los españoles nacidos en España, seguida por los criollos, que eran los hijos de españoles nacidos en América; los comerciantes, terratenientes y aventureros, que obtenían sus títulos con dineros de origen dudoso; los mestizos mulatos, los indígenas evangelizados y manumisos (libres); y, por último, los indios. Arbeláez (2015)

Esa especie de alianza que, aunque desigual ha constituido una nación diversa, y adaptable a todo tipo de circunstancias en favor de los intereses de dominación por parte de unos y de supervivencia por parte de otros. Dicho modelo que se ha ido replicando a lo largo de la historia hasta convertir a nuestros países en sociedades marginadas, explotadas, abandonadas y sin ejercicio de justicia,

No se puede cambiar la historia; que con aciertos, arbitrariedades y graves errores hace parte de lo que como pueblo y cultura somos.  Pero ello no significa que tengamos que asumirla como un norte. Podemos y tenemos un deber moral de deconstruir todo aquello que represente la barbarie, abolición y dominación para iniciar con reflexiones críticas encaminadas a construir una sociedad incluyente, que reconozca la diversidad y cimente un suelo fértil hacia un territorio intercultural en el cual todos y cada uno sea visibilizado, sea reconocido y respetado. 

Debe ser la escuela el gran escenario de promoción y experiencia intercultural, abonando el terreno desde lo ético, lo social, lo filosófico y lo comunicacional para cimentar líneas solidas de reconocimiento, reciprocidad, empatía y respeto hacia lo otro y los otros, en donde las posibles barreras sean abordadas teniendo en cuenta las miradas de todos y conjuntamente crear espacio de convivencia y crecimiento individual y colectivo, tal como lo afirma Bertil Malmberg (1979), la “semicomprensión” es peor que la incomprensión absoluta. Por ello la importancia de resaltar el valor de la diferencia, no para enguetizar y excluir, sino para encontrar mecanismos alternos que favorezcan la comprensión del otro, que surgen de la buena voluntad y el respeto hacia el otro.4 

Es necesario implementar una dinámica intercultural más allá de la simple reparación de errores del pasado, se debe partir de la necesidad y pertinencia de vivir en armonía de ir más allá de uniformización que ha hecho de la escuela un territorio que divide, segrega e infunde prejuicios. Se debe convertir esa realidad hacia una escuela que transforme, reconozca, reivindique y empodere a cada miembro desde lo individual hacia lo colectivo,  encaminado en la construcción de un mundo democrático, libre y que reconozca al otro.  Un mundo que entienda que sin importar nuestras particularidades,  todos, absolutamente todos estamos hechos de lo mismo.

martes, 17 de agosto de 2021

IN...DEPENDENCIA

 

Más de doscientos años

del grito de independencia

seguimos con tal violencia

inmersos en desengaños  

explotando a sus rebaños

robando a diestra y siniestra

nuestros recursos secuestra

sin temor, ni melancolía

con su peón de la fiscalía

que a maleantes adiestra

 

Celebremos independencia

Atrapados en el ubérrimo

un territorio paupérrimo

gobernado con indecencia

y   total concupiscencia

seducidos por la indolencia

que con desidia nos mira

que día y noche conspira

Crea cortinas de humo.


Con estas rimas resumo

En esta mi patria boba

Donde constantemente se roba

Y el gobierno es una mentira

sábado, 12 de junio de 2021

Primera Línea


Con escudos de simples latas

Valientes jóvenes aguerridos

El clamor en sus gemidos

Que entonan en su sonata

Reclamas de vieja data.

Su sangre en calle derramada

Por la justicia otra vez  ignorada

Primera línea en resistencia

Ningunos con tal coherencia

Por los oprimidos celebrada.

 

 Algunos los llaman vándalos

El gobierno les dice  terroristas,

Apelando a su régimen fascista

desde el privilegio haciendo escándalo

Moliéndolos a tiros y a palo.

En los puntos de resistencia

El estado arremete con violencia

Donde ha brillado por su ausencia.

Basta del gobierno opresor

Que se mantiene con terror

y mea culpas,  ¡que insolencia¡

 

martes, 25 de mayo de 2021

¿Y dónde está el presidente?

 

Llegó como promesa de la antítesis del supuesto fenómeno de tendencias de izquierda que venía mostrándose riesgoso para la plutocracia que desde la colonia imperaba como legado de lo que conocemos erróneamente como mundo civilizado.

Se catapultó con la desinformación sobre ideologías que terminó imitando.  Se dedicó a autoalabarse obligando a todo un país a verlo y escucharlo durante la pandemia al mejor estilo de Kim
Jong – Un, Nicolás Maduro, Francisco Franco, Adolfo Hitler, Augusto Pinochet y tantos otros modelos de gobiernos autócratas que se apoyaron en la miseria para continuar con alianzas mafiosas, discursos nacionalistas con los que justificaba masacres, abusos de autoridad y así crear cortinas de humo para sus opositores.

Quien en campaña henchido de orgullo demostró ser el único que sabía exactamente el número de calzado de su mentor, requisito indispensable al parecer, para poder gobernar un país. Demostró un muy fluido inglés para hablar de tú a tú con el tío Sam, pero una absoluta incapacidad para escuchar los clamores en la lengua oficial del país que gobernaba.

Al parecer pasó demasiado tiempo en tierras extranjeras, lo que lo desconectó por completo de la realidad del subdesarrollo de la tierra en la que fue puesto por el capataz del Ubérrimo, y controlado cual marioneta para evitar que sucediera lo mismo que su antecesor, quien para lograr firmar un tratado de paz tuvo que emanciparse y demostrar que la guerra frontal e indiscriminada además de costosa tanto en pérdidas humanas como en términos económicos había sido un total fracaso.

Tal era el influjo de aquel emperador titiritero a la sombra, que logró desmotivar a sus súbditos para que en una cruel ironía decidieran votar por el NO para poner fin a un absurdo conflicto que había normalizado a tal nivel la violencia en los campos y ciudades que como en una nueva versión del mundo al revés hubo que preguntar a la gente si quería o no vivir en paz.

Su gobierno fue absolutista, su gestión torpe, sus decisiones de espaldas al país, su comunicación con el pueblo demagógica además de incomprensible pues prefería hablar en inglés, y cuando por fin se acordaba que estaba en Colombia usaba un idioma modificado con palabras inventadas y verbos erróneamente conjugados.

La gran promesa de los poderosos de extrema derecha, de los fascistas desbordados, de los paramilitares engavillados y de los egos exacerbados colmó la paciencia del pueblo, perdió por completo el norte y quedó absolutamente a la deriva pues era evidente que no tenía ni idea de cómo gobernar y mucho menos de cómo acercarse a su pueblo.

Su indiferencia dejó a su pueblo sin gobierno, la presión de los poderosos hizo que los policías se fueran en contra de su propio pueblo, que el pueblo se levantara en contra de quienes decían defenderlos e iniciara una barbarie causada por el fuego cruzado de un bando y del otro. Y para evitar seguir siendo señalado y puesto contra la pared, decidió concederse entrevistas a sí mismo, para continuar con la dinámica narcisista de toda su estirpe: un terrateniente que se empeñaba en ver al país como un gran feudo, una vicepresidente que consideraba que la clase popular eran una manada de atenidos, un fiscal que se autoproclamaba como el segundo colombiano más importante después del presidente;  y acostumbrado a decir su discurso desde un set  totalmente desconectado de su realidad, se vio obligado a acabar con su programa ante la crisis, e inmerso en una encrucijada en la que todos le decían qué hacer,  como buena marioneta quedó al margen halado por cada quien a conveniencia, inmóvil, absorto, aterrado haciéndose la misma pregunta que se hacían 50 millones de colombianos; ¿y dónde está el presidente?

martes, 4 de mayo de 2021

El gran dictador

 


El gran dictador

Como en los albores del fascismo, la opresión, el radicalismo y la ultraderecha,  representados en un presidente marioneta de los poderosos, que debiendo favores era incapaz de gobernar y ejercía su gestión  a sangre y fuego. Qué diferencia podrá existir con  Hitler, Stalin o Franco que con un nacionalismo exacerbado se dieron a la tarea de exterminar a quien osara controvertir sus nefastas intenciones  con el lema Dios y Patria.

Que gran contradicción de quienes  se autoproclaman discípulos de su Dios pero al mismo tiempo sirven al más vil de los demonios, adoctrinando a sus soldaditos para que en medio del conjuro que los hipnotiza y los convierte en verdaderos verdugos de sus congéneres los  aplasten  como tributo a su Dios

Los peones del gran dictador enfrentan un gran dilema;  defender a su patria invocando al Dios de la guerra o ser acusados de traición porque no hay honor más grande según les enseñan que morir por su país.

El gran dictador hace gala de su proeza obedeciendo a su emperador quien le ordena usar armas y disparar a diestra y siniestra para doblegar las demandas de un pueblo que sólo pide ser escuchado.

El mandatario de pacotilla que sólo se preocupaba  por una imagen llena de eufemismos, y salir bien maquillado en televisión, siguió con su política  que en campaña prometió no generar impuestos y mejorar los programas sociales,  dejo los huevos de su padrino a un lado y se dedicó a vender naranjas,  naranjas cultivadas en el huerto de los mafiosos y los  poderosos.

Como Pilato se lavaba constantemente las manos, acto loable en medio de una pandemia, pero inconsciente de su investidura   comenzó a arrinconar a su pueblo hasta dejarlo al borde del abismo. Muchos sucumbieron y cayeron,   sin que su gran emperador siquiera intentara alargar su brazo para protegerlos, por el contrario gastó lo poco que quedaba en comprar nueva flotilla  para transportarse junto a su sequito cual familia real europea y lo demás lo invirtió en reivindicar su inepta gestión en un programa de televisión al mejor estilo del “Aló Presidente” de su ahora homólogo vecino.

El gran dictador experto en emular a las más nefastas figuras, mirando siempre al patio del vecino  y dándoles la espalda a sus compatriotas, inventaba nombres a todas sus sentencias para evitar atormentar a sus interlocutores; a la cuarentena la llamo aislamiento  preventivo obligatorio, las masacres asesinatos colectivos, a su propio reality en televisión Prevención y acción, con el cual no logró ni lo uno ni lo otro, y por último una temeraria e indolente reforma fiscal la bautizó como ley de solidaridad sostenible. – Que conveniente diseñar cortinas de humo para gobernar en beneficio de unos pocos y arrebatar lo poco que les queda a los desposeídos.

Los últimos acontecimientos de nuestra amada Colombia solo reflejan el descontento de un pueblo que aún no se repone de  dos guerras: la que libra contra los violentos desde hace décadas y la que  ahora enfrenta  contra un virus que llegó y acabó no sólo con la vida,  sino también  con los pocos bienes de millones de colombianos.

Un pueblo arrinconado por su propio gobernante, un pueblo de hambre que sólo recibe migajas de los grandes banquetes de palacio,  un pueblo que llegó al hastío por los abusos y la opresión, una nación que se levanta en medio de arengas libertarias, pero un pueblo que en unos días olvidará lo que motivó su emancipación y de nuevo gritará “vítores” a quien otrora los oprimió,  y como si todo hubiera sido un nefasto sueño levantarán sus manos y proclamaran de nuevo a su gran dictador.   

lunes, 19 de abril de 2021

Resumen de la semana

 Ubérrimo´s  Valley

El Silicon Valley criollo

Declaró Duque al Ubérrimo

miro al país paupérrimo

siempre con cada embrollo

y compitiendo  en  subdesarrollo.

 Asombrado, atónito quedé,  

 Será que me lo soñé,

el gobierno a  qué le apuesta

echar menos en la cesta

Sin huevos, chocolate ni café.





Mera Distracción 

Mostrando armas en frontera

Mientras el hambre nos amilana

Aquella  acción  ha sido vana

Pero el gobierno ni se entera  

Pues sólo llega a cobrar cartera.

Las  tropas en Distracción

para evitar la infracción  

y  salvar soberanía

suena como a  herejía

y genera preocupación.